Donde hay agua hay vida

(4/5/07- Agencia CyTA-Instituto Leloir. PorMaría Cristina Chaler) – El agua es una de las sustancias imprescindibles para la vida. Cuando hay agua, la vida se desarrolla rápidamente y en forma abundante. Prueba de ello es que muchas veces la presencia excesiva de agua en alimentos u otras sustancias favorece la proliferación de microorganismos, por lo que se debe controlar su porcentaje (humedad).

Si bien el agua es abundante en nuestro planeta, no lo es tanto el agua potable, ya que el 97,2 % forma mares y océanos, el 2,15 % forma hielos y glaciares, el 0,017 % es parte de lagos y ríos, y el resto se encuentra en la atmósfera y en los seres vivos.

La relación entre el agua y las poblaciones es histórica. Los asentamientos poblacionales siempre se concentraron en zonas geográficas cercanas a ríos, lagos o lagunas, pues el agua no sólo alimenta la vida, sino que favorece las comunicaciones, el transporte, la limpieza, la salud, la refrigeración y los procesos industriales en general.

Con la explosión demográfica y la revolución industrial, el ciclo del agua, que tanto conocemos desde la escuela primaria, ha perdido su equilibrio natural. Cuando el agua vuelve a su lugar de origen no se encuentra en el mismo estado del que partió, sino que en el camino se contamina enormemente produciéndose una ruptura que acarrea tremendos inconvenientes al bioma.

La contaminación

El perjuicio de la contaminación, es enorme, porque toda la vida se ve afectada por ella, no sólo la del hombre, sino también la de las especies relacionadas con el lugar.

Una sustancia se denomina contaminante cuando afecta al equilibrio de un sistema de modo que su abundancia es tal, que la naturaleza en sí no la puede contrarrestar en corto tiempo. Siempre existe una contaminación natural originada por los restos y desechos de los seres vivientes de un lugar. Cuando el ritmo, contaminación-descontaminación es normal, estos desechos se biodegradan naturalmente restableciéndose el equilibrio perdido. Cuando la contaminación es grande, el tiempo no es suficiente para eliminar al agente contaminante y su acumulación origina un daño irreversible, alterando enormemente la vida del lugar. Si a esta contaminación le sumamos la que producen los desechos industriales no biodegradables, es decir, que no son capaces de eliminarse en forma natural, el tiempo de contaminación se hace tan largo que no se llega a restablecer nunca el equilibrio necesario para que la vida se desarrolle sana y libre de riesgos.

La contaminación ambiental, trae aparejada un desequilibrio en los seres que habitan ese medio y en consecuencia afecta enormemente la salud, considerando que la salud no es más que gozar de armonía biológica y psicológica.

Las aguas extremadamente saturadas de materias orgánicas (desechos de comestibles, excrementos y otras) generan como defensa un proceso natural de biodegradación, pero como éste se produce a expensas del oxígeno que hay en el medio, el proceso hace que la cantidad del mismo disminuya y en consecuencia se perjudica la vida que depende de este gas. (Aeróbica).

La demanda biológica de oxígeno (DBO) nos da una idea de la contaminación del agua.

El agua potable tiene un DBO inferior a 1,5 ppm (partes por millón), mientras que las aguas residuales suelen alcanzar valores alrededor de 250 ppm, y las desechadas por algunas industrias alimenticias (lácteos, carnes y conservas) a veces superan las 15000 ppm si no son debidamente tratadas.

Así como la cercanía del agua se usa para sostener la vida del lugar, también es usada para eliminar lo que no sirve, como por ejemplo los desechos cloacales, entre los que encontramos materia orgánica biológica y productos provenientes de la higiene y la limpieza, como jabones y detergentes, que cuando no son biodegradables afectan enormemente al recurso hídrico.

En las aguas contaminadas encontramos en abundancia, desechos industriales, fertilizantes, plaguicidas, escurrimientos de petróleo y residuos de todo tipo, a lo que se le suma la contaminación motivada por las altas concentraciones de productos tóxicos, como Plomo, Cobre, Mercurio, Arsénico, y todos los compuestos químicos imaginables. De modo que, cuanto mayor es el progreso económico de una población, mayor será la contaminación de sus aguas, si sus habitantes no toman conciencia de que el agua es un recurso agotable que debe preservarse de toda contaminación.

Si el hombre no toma real conciencia de la importancia que significa el tratamiento de los efluvios industriales y de lo que arroja a la red de cloacas, la salud de la población a lo largo de un río, estará en permanente en peligro en todo su recorrido. Debemos ser conscientes de que los asentamientos industriales deben estar absolutamente controlados y legislados, y la población debe ser educada al respecto, de lo contrario las enfermedades que puede transmitir el agua serán innumerables. Están aquellas que tienen que ver con las infecciones, por la contaminación orgánica que provocan los desechos biológicos mal tratados, y otras que tienen efecto a largo plazo, provocadas por los desechos industriales tóxicos y su acumulación a través del tiempo en la cadena alimentaría, que trae como consecuencia un deterioro del sistema inmunológico o una alteración del ADN celular que puede generar tumores malignos.

Biodegradación

Se llama biodegradación a un fenómeno a través del cual mediante reacciones químicas sencillas determinadas bacterias, llamadas descomponedoras, transforman la materia orgánica en dióxido de carbono (CO2), agua y otras sustancias más simples usando para ello el oxígeno disuelto en el agua.

El agua es vida siempre que seamos conscientes de que es un recurso natural que debemos respetar y cuidar como si fuese el mejor de los tesoros, de lo contrario puede ser el medio de transporte de serias enfermedades. Su preservación depende del hombre, que debe respetar al medio ambiente para respetarse a si mismo.