En los cruceros que recorren las costas de Europa y Estados Unidos son cada vez más frecuentes los brotes de trastornos gastrointestinales. Este mes una red de científicos se reunirá en Estocolmo para reunir información sobre las nuevas cepas que atacan tanto a pasajeros como a miembros de la tripulación y proponer estrategias para controlarlos.

(1/09/06 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Florencia Mangiapane)– En lo que va del año, se registraron más de 45 brotes de trastornos gastrointestinales en cruceros que recorren aguas europeas, muchos más que el año pasado. Esos episodios, caracterizados por diarrea, vómitos y malestar abdominal, son por lo general causados por los “norovirus”, una familia de virus antes conocidos como agentes Norwalk, en referencia a la ciudad del estado de Ohio, Estados Unidos, donde fueron identificados por primera vez.

Según informó la revista Science, en algunos casos se enfermó más del 40 por ciento del pasaje y hubo varios barcos que sufrieron brotes en tres o más viajes sucesivos, a pesar de las medidas de esterilización que se adoptaron entre un recorrido y el siguiente. En Estados Unidos el problema también es preocupante: entre 2001 y 2004 los brotes de norovirus se acrecentaron casi diez veces.

“Es probable que la situación sea resultado de un incremento de la actividad de los norovirus en la población en general como consecuencia del surgimiento de nuevas cepas”, explicó a Science el epidemiólogo Denis Coulombier, del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), que organiza para los días 14 y 15 de este mes un encuentro regional en Estocolmo, destinado a que los investigadores intercambien información y propongan estrategias para combatir el problema.

En realidad, todavía no se determinó la causa de los nuevos brotes. Los buques cruceros han sido desde siempre un perfecto caldo de cultivo de virus, al igual que muchos hospitales, asilos, restaurantes y casas de fiestas donde se concentra gran cantidad de gente en espacios cerrados. Funcionan como ciudades flotantes en miniatura que recambian poblaciones conformadas por cientos o miles de personas que comparten las instalaciones durante días o semanas.

Los norovirus se encuentran en las heces, los vómitos de los infectados y las superficies que tocan los enfermos, como manijas de puertas o botones de ascensores. Se pueden transmitir a través de alimentos contaminados y de persona a persona incluso con un simple apretón de manos. A pesar de las medidas de desinfección que se adoptan una vez que el crucero llega a destino, el virus puede permanecer a bordo si la tripulación no cambia o ingresan nuevos pasajeros infectados.

En 2004 una investigación europea publicada en la revista Lancet atribuyó los brotes de los últimos años a una nueva cepa del grupo II4, el más importante de los norovirus, que surgió con fuerza dos años antes. Las hipótesis son varias: que esta variedad es más virulenta o se adapta mejor al ambiente, o que hay pocas personas resistentes a ella.

Para algunos científicos, los norovirus se comportan como el virus de la gripe, que muta rápidamente para evadir el sistema inmune del hospedador. Sin embargo, no es fácil comprobarlo porque los Norwalk son agentes que no se pueden cultivar en el laboratorio ni presentan modelos en el reino animal. Para colmo de males, cuando las autoridades sanitarias se enteran de los brotes, los buques muchas veces ya zarparon.