El año próximo se pondrá en marcha un programa impulsado por Harvad Medical International para capacitar a investigadores biomédicos argentinos y latinoamericanos en las más modernas tecnologías vinculadas con temas como células madre, ingeniería de tejidos y proteómica, de creciente relevancia para el tratamiento de numerosas enfermedades. El ambicioso proyecto, que contará con el apoyo de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, se denomina PABSELA y está piloteado por dos jóvenes investigadores argentinos que trabajan en el Hospital de Niños de Boston, de la Harvard Medical School. La coordinación estará en Argentina, más específicamente en la Fundación Instituto Leloir, donde se dictará el primer curso en junio de 2007.

(4/09/06 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Ricardo Gómez Vecchio) – Harvard Medical International (HMI) es una organización sin fines de lucro que se creó en 1994 para extender a nivel internacional la misión de la famosa Escuela de Medicina de Harvard, de los Estados Unidos, que cuenta con una red de 9.000 miembros y 18 hospitales afiliados. Hasta el presente HMI ha desarrollado más de 50 programas en más de 30 países de los cinco continentes, asociándose con instituciones académicas, servicios de salud, gobiernos y organizaciones no gubernamentales.

Tal parece que ahora le ha llegado el turno a Latinoamérica, y Argentina ha sido el lugar elegido para ser el centro del proyecto PABSELA, que está a punto de formalizarse el 28 de septiembre próximo cuando lo firmen representantes de HMI y la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, que aportará para los primeros tres años del proyecto la cifra de 300 mil dólares, a razón de 100 mil al año.

PABSELA es la sigla en inglés de Programa para el Mejoramiento de la Educación en Ciencias Biomédicas en Latinoamérica, iniciativa que impulsan dos jóvenes investigadores argentinos de la Harvard Medical School (HMS), quienes desarrollan sus actividades de investigación y docencia en el Hospital de Niños de Boston, los doctores Estanislao Bachrach, y Miguel Omar Velardez, del Departamento de Genética y la División de Neurociencias, respectivamente. Ambos abogaron fuertemente para que la coordinación del programa tuviera sede en Argentina. Finalmente, el emprendimiento tendrá lugar en la prestigiosa Fundación Instituto Leloir, bajo la coordinación de Osvaldo Podhajcer, Fernando Pitossi, Alejandro Schinder y Marcela Bolontrade, todos investigadores del CONICET. Allí se dictará el primer curso de tres semanas de duración, a partir del 1º de junio de 2007.

Los temas centrales a abordar en los cursos durante los tres años de duración del programa fueron elegidos por los propios científicos latinoamericanos. HMS realizó un relevamiento de prioridades en cuanto a capacitación en las áreas en las que esa institución tiene amplia experiencia y desarrollos tecnológicos importantes para transferir.

La aplicación de nuevas tecnologías en células madre, ingeniería de tejidos y protéomica fueron algunas de las áreas prioritarias identificadas a nivel general. Cada año se ajustará la temática a desarrollar según las necesidades, y a tal efecto los cursos contarán con especialistas tanto de Harvard como de otras universidades de los Estados Unidos y del resto del continente.

La financiación de la iniciativa es un punto interesante a destacar y revela la filosofía que HMI aplica en sus programas para “incrementar el acceso de los pacientes en diversas regiones del mundo a un servicio de salud globalizado y de alta calidad”.

Según Bachrach, quien actualmente está en Argentina realizando contactos y gestiones para consolidar el proyecto, la apuesta de HMI es que los gobiernos y empresas de los países involucrados en los programas se comprometan, tanto a nivel de participación activa como económicamente para el beneficio de un sistema científico-productivo integrado.

En los Estados Unidos se ha creado una alianza público privada para financiar el programa en la que se destaca el apoyo de las compañías y de individuos y familias que ven en las temáticas abordadas por PABSELA un aporte importante al desarrollo de nuevas terapias para la cura de enfermedades.

En el caso de Argentina, la SECyT brindará un aporte económico y participará en la organización y logística de PABSELA. El compromiso del gobierno con la iniciativa está claro y en la firma del Convenio que se hará el 28 de este mes en el Senado estarán presentes la senadora Cristina Fernández de Kirchner, el Vicepresidente de la Nación y Presidente del Senado, Daniel Scioli, el Presidente de la Cámara de Diputados, Lic. Alberto Balestrani, el Ministro de Educación, Ciencia y Tecnología, Lic. Daniel Filmus y el Secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Ing. Tulio del Bono.

Pero además del Estado, se espera una participación importante del sector privado. “Para ello -explica Bachrach- estamos creando una fundación en Argentina, la Fundación Crimson para el Avance del Conocimiento, que será el socio académico de HMI en el país y se encargará de la administración de los recursos de PABSELA”.

“Nuestro programa tiene en vista un sistema interconectado de centros de investigación y universidades a lo largo del continente que facilitará enormemente el intercambio de ideas, tecnologías y capital humano, además de forjar estándares internacionales para la educación superior en el campo biomédico”, aclara Bachrach.

Por su parte, Velardez afirma que “el futuro de nuestro sistema científico recae en nuestra comprensión de los aspectos políticos, económicos, sociales y los principios éticos relacionado con la biomedicina”. Y agrega: “PABSELA se propone enseñar a estudiantes de grado y médicos latinoamericanos todas las técnicas y estrategias necesarias para establecer laboratorios e industrias que contribuyan globalmente a la ciencia”.

En tal sentido, PABSELA propone crear un ambiente ideal para que interactúen los investigadores, las industrias y compañías vinculadas con las tecnologías aplicadas a la medicina. Para ello se organizarán eventos donde académicos, funcionarios del gobierno y empresarios puedan intercambiar ideas, definir intereses comunes y avanzar en nuevos emprendimientos biomédicos.

El tema de las patentes ocupará un lugar importante en el programa ya que “las colaboraciones con los Estados Unidos aumentan las posibilidades de desarrollar productos patentables, en los que el país participante obtendrá parte de las ganancias que se originen a partir de dichos productos\” destaca Velardez, para quien el tema de las patentes en la Argentina puede ser una fuente importante de divisas actualmente poco aprovechada.

El proyecto que va tomando forma, de llegar a buen puerto, podría ayudar a los gobiernos, industrias y científicos de Latinoamérica a responder en parte la pregunta que tanto los inquieta: ¿cómo fortalecer los sistemas científicos locales, estimular la innovación tecnológica e incrementar la producción científica para contribuir así al desarrollo económico? PABSELA no será la panacea, pero puede constituir un excelente remedio en lo que a biomedicina se refiere.