Investigadores descubrieron un compuesto que broncea la piel de manera natural y la protege contra el cáncer. La sustancia, derivada de una planta tropical, fue probada en ratones de piel clara con un trastorno genético que les impedía recuperarse de los daños solares y demostró ser capaz de pigmentarlos y retrasar la aparición de tumores. De comprobarse que es eficaz e inocua para las personas, se convertiría en un codiciado producto cosmético y medicinal.

(21/09/06 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Florencia Mangiapane)– A diferencia de los bronceadores sin sol que se consiguen en el mercado, el compuesto descubierto por un equipo de investigadores del Dana-Farber Cancer Institute de Boston, Estados Unidos, no tiñe la piel desde afuera, sino que logra un bronceado auténtico, que protege al organismo contra la radiación ultravioleta.

El avance, difundido en el último número de la revista científica Nature, promete convertirse no sólo en aliado de las personas de piel blanca que se ponen rojas cuando toman sol, sino también en un escudo protector para quienes padecen xeroderma pigmentoso, trastorno hereditario caracterizado por una excesiva sensibilidad a la radiación ultravioleta, que impide a las personas estar a la intemperie sin quemarse la piel y suele derivar en melanomas, incluso a temprana edad.

Muchas personas de piel clara se queman en vez de broncearse porque no les funciona bien la proteína Mc1r, encargada de producir melanina, el pigmento que protege a la piel de los rayos ultravioletas. El equipo de Boston, encabezado por David Fisher, buscó vías alternativas de producir melanina y descubrió que el extracto de la Coleous Forskohlii, una planta asiática de la familia de la menta, podía ser de gran ayuda.

La sustancia demostró poder activar una enzima, denominada adenilato ciclasa, que también es capaz de desencadenar la producción de pigmentos oscuros y lograr el bronceado, incluso si el individuo tiene una Mc1r deficiente.

El equipo tomó un grupo de ratones de piel blanca con xeroderma pigmentosum, trastorno genético que no permite a las células recuperarse del daño causado por los rayos UV, y los expuso durante varias semanas a una radiación diaria equivalente a la que recibiría una persona que pasa un par de horas en una playa caribeña en pleno verano.

Un mes antes del estudio y previo a cada exposición, los untó con loción de forskohlii. En pocas semanas, tenían la piel casi negra y lograron la misma protección contra las quemaduras que los ratones con bronceado natural. Los investigadores comprobaron que debían pasar más de 50 semanas hasta que la mitad de ellos desarrollaran tumores, mientras que todos los ratones similares no protegidos con la loción morían de cáncer a las 30 semanas de exposición.

“Demostrar que se puede lograr un bronceado a pesar de tener deficiencias en la Mc1r es sin dudas un avance destacable”, comentó Marie-Dominique Galibert, del CNRS de Rennes, Francia. “Pero todavía no se sabe cómo funciona esta nueva y poderosa vía a escala molecular”, advirtió.

Los investigadores aclararon que el descubrimiento no sería útil para los albinos, porque directamente no son capaces de crear melanina. Y destacaron que el forskohlii todavía no está listo para uso humano. El equipo aún tiene que estudiar en detalle qué acción ejerce sobre la piel y confirmar que sea seguro.

Hasta ahora, se conocían otras propiedades benéficas del extracto, como el alivio del asma, la bronquitis, la epilepsia, la hipertensión y los espasmos musculares. En los últimos años, la investigación se orientó a dilucidar otras aplicaciones posibles de la sustancia para el tratamiento de los trastornos dérmicos.