Investigadores de Georgia lograron describir el funcionamiento de una parte clave de la bacteria Mycoplasma pneumoniae, causante de la neumonía atípica y la bronquitis crónica. Con técnicas fluorescentes e imágenes digitales de altísima definición observaron que la bacteria se puede adherir a los tejidos respiratorios gracias a su “gusanito” terminal, una organela compleja que lleva en un extremo y le permite propulsarse a gusto.

(27/10/06 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Florencia Mangiapane)– Por primera vez investigadores lograron describir en detalle la terminación celular única que compone la bacteria Mycoplasma pneumoniae, responsable de infecciones como la bronquitis crónica, la neumonía atípica y la neumonía errante, que afectan a millones de personas en todo el mundo.

El microbiólogo Duncan Krause y un grupo de colegas de la Universidad de Georgia utilizaron proteínas fluorescentes y técnicas de microcinematografía para desentrañar con máxima precisión cómo trabaja un extremo de la M. pneumoniae y pudieron ver que esa organela compleja funciona como un “gusanito molecular”, responsable de propulsar a la bacteria y lograr que se adhiera a los tejidos respiratorios, además de promover la división celular del microorganismo.

“El micoplasma es uno de los organismos procariotas más simples que se conocen; apenas mide una fracción comparado con otras bacterias que producen problemas de salud, como la E. coli”, explicó Krause.

“Son verdaderos seres minimalistas –continuó-. Tienen genomas muy pequeños y carecen de los mecanismos de regulación celulares típicos de otras bacterias. Aun así, algunas especies, como la M. pneumoniae tienen esta organela terminal compleja. Nosotros pudimos observarla en cultivos en crecimiento y describir la coreografía de los sucesos con un nivel de detalle inédito”, destacó Krause, cuyo trabajo fue publicado esta semana en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences.

El equipo de Krause comprobó que la organela terminal de la M. pneumoniae le sirve a la bacteria para deslizarse. Según los investigadores, las células se doblan y flexionan, y el deslizamiento resulta esencial para la división celular.

La M. pneumoniae ha sido siempre un misterio biológico: entre otras curiosidades, no tiene paredes celulares. Si bien la estructura básica de su organela terminal ya se había descrito, nunca se la había podido observar en acción. Con microscopía fluorescente e imágenes digitales, el equipo de Krause pudo seguir en tiempo real las acciones de determinadas proteínas en células vivas en crecimiento. “A diferencia de lo que se creía, se observó que se formaban múltiples organelas terminales nuevas antes de la división celular”, explica el comunicado de prensa de la Universidad de Georgia.

El hallazgo es un punto de partida interesante para identificar nuevos blancos posibles para las drogas contra las infecciones pulmonares causadas por esta bacteria. La neumonía atípica y la errante son tipos de neumonía que producen tos y fiebre, pero no comprometen la vida, ni suelen requerir hospitalización, aunque representan un problema de salud pública porque constituyen el 20 por ciento del total de los casos de neumonía.

Dado que en los seres humanos los “gusanitos moleculares” de la M. pneumoniae participan en la colonización de los tejidos epiteliales del pulmón, encontrar una manera de interrumpir su deslizamiento o adhesión podría ayudar a detener las infecciones que causa o al menos volverlas mucho más leves.